A los que tenemos cierta edad nos enseñaron que teníamos 5 sentidos:
Oído, vista, olfato, tacto y gusto.
Hoy gracias a la neurociencia sabemos que son muchos más, algunos sostienen que superan los 26.
Bien sabemos que para lograr mejores vuelos debemos tener encendidos todos nuestros sentidos. Pero hay dos “nuevos” que resultan particularmente importantes para los parapentistas:
El VESTIBULAR y el KINESTÉSICO.
El VESTIBULAR, también llamado sentido del equilibrio, nos indica entre otras cosas dónde es arriba y abajo. Dónde se encuentra nuestro cuerpo en relación con el espacio y el entorno. Nos informa sobre el giro en las tres dimensiones. Estabiliza el campo visual durante el movimiento. Nos informa nuestra posición respecto de la gravedad y nuestra aceleración lineal o angular.
Prácticamente un Vario natural sin baterías!
Pero ATENCIÓN: Este sentido trabaja recolectando datos de múltiples sensores corporales. Uno fundamental es la visión. Si anulamos la vista perdemos la noción de nuestra posición en el espacio. Uno de los motivos por los que en parapente está prohibido volar dentro de nubes que nos anulen la visión.
El KINESTÉSICO esta relacionado con la sensopercepción del movimiento. Se encarga de informar al cerebro los movimientos que hacemos, además nos proporciona la conciencia corporal que utilizamos para calcular los movimientos adecuados y no tropezarnos con lo que nos rodea.
Ambos sentidos están interrelacionados, trabajan en conjunto.
Están muy desarrollados por bailarines, acróbatas y deportistas en general. Son los que le permiten a un practicante de saltos ornamentales determinar el momento justo de erguir su cuerpo para clavarse en el agua luego de varias mortales carpadas. A Jorge Donn realizar un fouetté en tournant con majestuosa elegancia, a Lio Messi proyectarse sobre el césped surfeando magistralmente con la pelota entre jugadores rivales o a Hernán Pitocco lograr sus records de Infinity Tumbling.
Si entrenamos estos sentidos mejoraremos sustancialmente nuestro timing para girar térmicas con mayor precisión. Nos ayudarán a movernos armoniosamente en la tridimensión del espacio y a bailar sobre los cielos con nuestra vela siguiendo el compás de los vientos.
En definitiva nos ayudarán a volar mejor.
Sergio PF