La primera impresión sí que cuenta, ¡y mucho! Y la Rise 2 nos dejó un registro memorable. El vuelo de test que hice con este parapente intermedio EN B fue un cross exigente y técnico: La meteo aconsejaba un ida y vuelta despegando desde la pista Este en Pedro Bernardo, para dirigirme a las cumbres de la sierra sur de Gredos con punto de giro en el Almanzor y vuelta a Pedro Bernardo. Un vuelo bastante deportivo, que no te puedes plantear con cualquier parapente. Con la Rise 2 no tuve más que buenas sensaciones: excelente mando, eficaz y manejable para subir, con buena tasa de caída y también buenas características para navegar.
El fabricante la orienta a los pilotos con experiencia en velas intermedias, aunque yo creo que no es tan exigente y a algunos pilotos les podría valer también como primera EN B ya que el pilotaje es contenido en reacciones pero a la vez resulta dinámico y con el “toque” para divertirte enroscando las térmicas más estrechas. La Rise 2 es un éxito en cuanto a sensaciones, me lo pasé francamente bien completando este recorrido, el cual me aportó muchas impresiones que ahora quiero compartir con todos los pilotos de parapente seguidores de Ojovolador.
Inflado
Subí al despegue temprano para inspeccionar el equipo y despegar pronto. Una vez allí hice un solo preinflado para acomodar y ya en el siguiente tirón de bandas inflé la vela y me fui al aire. La vela subió lineal por donde yo quería, no resulta nerviosa ni pide mucha corrección. Una vez arriba basta un toque de frenos para sujetarla y, a continuación, bastan dos pasos para salir a volar, con presión en la vela y buen tacto en los comandos. El inflado de la Rise 2 está más cerca del nivel iniciación que del vuelo avanzado. Ofrece unas bocas de cajón amplias y un alargamiento moderado de 5,7 puntos que no asusta nada. Pero atención, que la Rise 2 es como “el perro que no ladra”.
Construcción
Air Design ofrece la Rise 2 en 6 tallas que van desde los 19 hasta los 30m2. Ya se nota que es uno de sus parapentes estrella pues cubre un rango de pesos amplísimo ¡desde los 50 hasta los 145kgs!
Es decir, prácticamente cualquier piloto puede volar una Rise 2.
La vela es un diseño de tres líneas con 3 bandas estrechas de 12mm, A y B diferenciadas en color y en la C una gran bola roja para pilotar con las bandas cuando volamos acelerando. El sistema de poleas y cuerda de dinema es muy robusto.
El suspentaje es con funda abajo y arriba fino, todo en Edelrid en diferentes diámetros.
La vela está fabricada en tela Dominico 30D.
La Rise 2 cuenta con los últimos adelantos en diseño, como el morro de tiburón con Rigid Foil, corte 3D para mejorar el flujo en el borde de ataque o mini costillas en el borde de fuga. Los puños de freno son blandos, fabricados en neopreno, con quitavueltas y lo más interesante es que son ajustables en tamaño.
El peso de 5,6 Kg para la talla M puede considerarse contenido, pero por si aún queremos cargar con menos la marca ha sacado una versión ligera de 4,3 Kg.
Flotadora
En el aire se siente de inmediato cómo flota y planea… ¡Vamos, que la Rise 2 rinde! Las térmicas tempranas desde el Este en Pedro Bernardo, suaves y no demasiado amplias, me permitieron subir e irme hacia atrás de forma escalonada, remontando y haciendo pequeñas transiciones hacia las cresta más altas rompiendo la inversión temprana para subirme a unos 2.500m. Todo ello en plan tranquilo, “amigándome” con la Rise 2. Mando equilibrado. El mando me cautivó de inmediato, no es flojo pero tampoco resulta físico. El tacto es directo y nítido y solo se “acolcha” cuando frenamos por debajo de los 30km/m.
Me paré a girar un par de veces y tras comprobar que no se subía más, me decidí a cruzar el puerto del Pico, el primer hito para hacer este vuelo sobrevolando las cumbres de Gredos.
Antes de cruzar el puerto se sobrevuelan los primeros paredones con térmicas irregulares que se desprenden irregularmente de las cárcavas, un panorama un poco intimidante, no obstante, tuve un avance tranquilo y con sensación de rendimiento. Llegué al otro lado un poco por debajo de la cresta, a unos 1600-1800m, pero en una situación muy cómoda. Mientras remontaba una térmica que subía derivando por el filo del primer “brazo” comprobé que es fácil derivar la térmica con la Rise 2. Este parapente mantiene una buena reserva de velocidad que te permite cerrar el giro muy rápido. Toda la vela lleva presión incluidas los estabilos que parecen tallados en madera.
Para girar una térmica promedio nos daremos la típica vuelta de freno y usaremos un rango útil de entre 15-20cm de recorrido.
Con 2600m inicié mi primera transición apuntando a los paredones que hay antes del Puerto del Pico. Tome una buena línea sobre las crestas que me permitió avanzar perdiendo poca altura e incluso ganando en ciertos puntos. Para ello fui haciendo un vuelo tipo ‘delfín’, no en plan radical sino algo sutil, acelerando 50% en las zonas donde no subía y desacelerando e incluso frenando en las zonas de ascendencia.
A todo esto mientras me concentraba en dibujar óvalos en el aire vi un grupo grande de cabras montesas a escasos 40m debajo de mí, iban corriendo y dando saltos entre las rocas, ¡guau! pensé, ¡esto va a estar animado!
A partir de este momento fue casi un vuelo de ladera siguiendo el relieve y girando un poco en térmica para mantener alturas de entre 1800 y 2.200m de manera de sobrevolar las crestas más emblemáticas. Primero volamos por los Galayos, una serie de agujas graníticas entre 2.000 y 2.200m; a continuación, La Mira a 2343m y finalmente lo más impresionante, el Almanzor, que con 2590m es el pico más alto del sistema central español. Allí además me junté con un centenar de Buitres Leonados con los que compartí térmica. El camino fue un paseo con una velocidad promedio más bien discreta, en el que fui disfrutando del paisaje: pude ver varios grupos de cabras montesas y me paré a saludar a cada grupo de excursionistas y escaladores que me encontré. Fue un día genial con condiciones perfectas para este vuelo y una atmosfera de deporte y naturaleza.
Un planeador nato, rápido y eficaz
El regreso fue otra cosa, necesitaba volver deprisa porque tenía un compromiso familiar, así que esta vez me abrí hacia el valle y en dos transiciones largas y un par de térmicas derivadas llegué a Pedro Bernardo. Le metí pedal a todos los niveles y he de decir que la Rise 2 tiene un acelerador agradecido que me permitió una velocidad máxima de unos 53Km/h, además es poco físico y plenamente utilizable: la vela mantiene el ángulo y atraviesa las turbulencias sin apenas alterar su rumbo y con un planeo más que satisfactorio. Cuando quise volar rápido avancé como un tren, con transiciones limpias y un comportamiento en térmica ideal. Tardé casi la mitad del tiempo de la ida en deshacer lo volado. Al regresar llegué a la altura de la Abantera y de allí me dio para apoyarme en la ladera sobre Pedro Bernardo, donde giré un poco para ganar altura y tirarme hacia atrás para marcar en el despegue de Este y completar “oficialmente” el recorrido. Este parapente vuela mucho más de lo que su aspecto amigable y poco amenazador sugiere. La Rise 2 se sitúa en el rango de los +/- 10.3 puntos de planeo y puede luchar para ganar en la clase Sport en cualquier competición.
Los momentos top
Primero al cruzar las crestas, algunas veces bastante bajo, metido entremedio de las rocas. Al sobrevolar las lagunas de Gredos y enfilar hacia el Almanzor, fue un momento genial, conseguí llegar a los 3.100 en una térmica azul amplia y poderosa. Cogí los mandos con una mano y mientras giraba estuve haciendo fotos y videos girando suavemente con una paz total. “0” nervio.
Otro momento de grabación fue al sobrevolar el Almanzor, a escasos 50m por encima de la misma cresta, allí sí que se movía pero igual pude grabar con mi Gopro y ser testigo de cómo una familia de escaladores coronaba la cima. Di un par de giros despidiéndome mientras ellos saludaban y a continuación proseguí mi vuelo. Continúe un poco más hacia el Oeste para alargar el kilometraje del vuelo que no era demasiado. Como estaba previsto a esa hora, cerca de las 16:00, el viento se dio la vuelta y ahora lo tenía de cara, Oeste-Noroeste.
Avance unos pocos kilómetros en una línea de confluencia que funcionaba bien pero al llegar a la garganta del Bohoyo se formaba un venturi muy fuerte al cual yo me acercaba viento de cara así que decidí que ese era el punto de giro.
Seguridad
Quizá el punto más fuerte de esta vela, más incluso que el planeo o el giro, es la seguridad y el confort que transmite, una EN B que además de responder muy bien en las pruebas de homologación, absorbe bien la turbulencia y ofrece reacciones moderadas en sus ejes. Las plegadas asimétricas son suaves y abren solas, se pueden meter orejas y aguanta mucho freno.
Conclusión
Discreta y amistosa, la Rise 2 ofrece un aspecto bonachón y en efecto con ella se vuela tranquilo, pero te puedes llevar una sorpresa, o mejor dicho los que vuelen a tu lado, cuando llegue la hora del rendimiento y volar rápido. Es un parapente que sube muy bien girando plano o cerrado, es muy resistente a la turbulencia, planea mucho y es muy eficaz en las transiciones. ¿Para Quién? La Rise 2 está dirigida a pilotos con experiencia en velas intermedias. En cuanto al pilotaje, yo creo que es bastante asequible y puede ser incluso una vela de progresión. El rendimiento y la facilidad de uso la hacen muy atractiva para volar XC e incluso competir sin el estrés de velas con mayor alargamiento.
Lo +: Un gran rendimiento con un comportamiento muy sano.
Lo -: Diseño visual sobrio y conservador, nos gustaría ver una modernización.
Para quién
Por su pilotaje franco y sin misterios esta al alcance de la gran mayoría de pilotos que optan por la clase Sport.
Esta bueno para progresar en el vuelo termico y es una exelente alternativa para los pilotos de XC “conservadores” XC que quieran vuelos de aventura con mucho rendimiento, un giro divertido y amplios márgenes de seguridad.
Pioto del test: Daniel Crespo V.
Colores