Photo: Naohiro Yamamoto
En camino al Monte Fuji

Menos de 24 horas después de llegar a Japón y aún lidiando con un fuerte jet-lag, ¡conseguí sobrevolar el Monte Fuji (3776m)! Fue simplemente una locura, un sueño hecho realidad: Un vuelo de 55km con un desnivel de 4200 metros, ¡despegando y aterrizando en las orillas del océano Pacífico!

Tenía esto en mente desde que supe que iba a venir a Japón para el RedBull Air Race en Chiba, lo que significaba que iba a tener todo mi equipo de paramotor aquí para el show. No tuve mucho tiempo disponible para conseguirlo, pero las previsiones meteorológicas parecían buenas para la mañana siguiente: ¡soleado y viento suave! Un escenario típico podría haber sido viento fuerte en altura, nubes cubriendo la cima o incluso lluvia, así que tenía que intentarlo aunque me sentía muy cansado y sólo tenía un día para prepararlo todo tras mi llegada a Japón.

Por suerte mi amigo Yoshiki Kuremoto me recogió en el aeropuerto y nos fuimos a recoger el equipo en Chiba, entonces después de hacer un poco de turismo en Tokio nos dirigimos a la ciudad de Fuji por la tarde para encontrar un lugar adecuado para despegar en la playa, y descansar un poco. Mi idea era despegar desde el nivel del mar, subir hasta la cima y volver. ¡Del mar al cielo!

Llegamos al punto de despegue a las 5 de la mañana, pero tuve que esperar un poco a que cambiara el viento así que finalmente conseguí volar a las 7:30. Poco después del despegue tuve que apreciar rápidamente que el terreno frente a mí no era exactamente como yo esperaba tras estudiar las imágenes de satélite. Todos los campos que parecían buenos aterrizajes eran campos de arroz inundados, había un montón de líneas eléctricas, algunos campos de fútbol en el camino pero todo cubierto por vallas muy altas y luego -en la mayor parte del vuelo- un bosque profundo hasta media montaña seguido por terreno volcánico salvaje.

climbing
¡Subiendo!

Confiando en mi motor CorsAir, sólo iba a alrededor del 70%-80 de potencia manteniéndome a unos 300-400 metros sobre el terreno ascendente durante los primeros 12 km. Luego metí gas a fondo cuando las cosas comenzaron a verse más serias, al principio del bosque, y me di cuenta que no había ninguna opción de aterrizaje adecuada. Llegué a las laderas del Monte Fuji a 2500 metros y realmente tenía la esperanza de conseguir alguna ascendencia dinámica y primeras térmicas de la mañana para ayudarme en la subida. Al no tener mucha experiencia con el cross-country en paramotor me preocupaba un poco mi consumo de combustible -despegué con el depósito de 12 litros lleno-, y con mi moderado tamaño de motor (172 cc) podría haberme llevado bastante tiempo llegar a la cumbre en ese aire fino de altura. Pero por suerte sí que había algunas burbujas térmicas así que cuidadosamente me fui yendo de la cara Sur a la soleada cara Este. Mi track se ve como el de un parapente normal al ir siempre buscando las burbujas de aire ascendente.

¡Finalmente, alcanzar el borde del cráter y mirar dentro de él por primera vez fue un momento realmente emotivo!

Pal Takats - paramotor over Mount Fuji.

A partir de ese momento ya no había más ascendencia natural, pero yo seguí apretando a todo gas todo el camino mientras disfrutaba del paisaje y tomaba fotografías desde todos los ángulos. Esto me mantuvo subiendo a aproximadamente 0,5 m/s hasta los 4200 metros, hasta que dejé la cumbre del Monte Fuji después de pasear por encima de ella durante 20 minutos. Me pregunto cuánto más habría podido subir, pero ya tenía mucho frío y todavía había un largo camino hacia la playa. Así que partí para el espectacular planeo de 25 km a la playa, pero esta vez planeando alto y seguro por encima del bosque agreste mientras se formaban las primeras nubes de térmica muy por debajo. ¡Qué momento!

Sólo dos horas después de mi aterrizaje el pico ya estaba cubierto de nubes y más tarde incluso empezó a llover, ¡haciéndome dar cuenta de lo afortunado que fui al coger esta corta pero perfecta ventana de tiempo para la misión!

Para completar el circuito necesité unos 7-8 litros de gasolina, así que finalmente mucho menos de lo que esperaba, pero seguro que también gracias a las ascendencias naturales que venían de las enormes laderas volcánicas del Monte Fuji. ¡Una experiencia inolvidable!

*Fotos de Naohiro Yamamoto y Pal Takats.

Equipo utilizado:
– Ozone Paragliders Viper2 20m2 (¡no puedo esperar a tener mi nuevo Viper4 ahora! 🙂
– Fly Products Rider Acro paramotor
– Motor Cors-Air Motors (Black Devil 172cc)
– GoPro Hero4’s y Session para capturarlo todo, desde diferentes ángulos.
– Gloryfy gafas irrompibles

Track GPS del vuelo aquí.

Muchas gracias a los dioses del tiempo y toda la ayuda local, especialmente de Yoshiki Kuremoto!

*Sígueme en Facebook: https://www.facebook.com/takats.pal/

Artículo anteriorAlex Mateos arrasa en Europeo de Paramotor Slalom en Bornos
Artículo siguienteSwing lanza Mito, nuevo parapente EN A
Pál Takáts (HUN) es uno de los pilotos top de acrobacia en parapente del mundo, una pasión que combina con otros deportes extremos como el salto BASE, vuelo con traje de alas (wingsuit), paramotor o escalada en roca. También ha volado competiciones de XC de alto nivel (PWC) y tomó parte en el Red Bull X-Alps, la competición de caminata y vuelo más dura del mundo. En la última década ha estado impresionando al público con acrobacias y shows en eventos en todo el planeta.