En 2014 hice mi primera X-Pyr. Tal y como terminé la carrera juré que no volvería, físicamente me dejó molido y todo en general me venía grande, pero dos años después aquí estoy en la salida de esta prueba otra vez, con un recorrido aún más complicado que la anterior edición y más nivel de los participantes, pero con la mente puesta en divertirme y disfrutar del recorrido por encima de todo.
Desde la playa de Hondarribia donde se da la salida a la primera baliza hay unos 23 km para ir calentando las “patas”, noté el ritmo un poco más alto que en la edición anterior, aunque tal vez fuera el calor sofocante de este año lo que lo hacía más duro. Una vez allí, primer despegue factible de la X-Pyr, se empieza con un vuelo de térmica floja y poco techo, condiciones típicas de la zona de La Rhune. Pudimos ir avanzando, siguiendo la frontera con Francia, hasta un poco más allá de Saint Etienne de Baigorri. Después de dos vuelos y unos 50 km corriendo ese día nos fuimos a dormir en quinta posición.
El segundo día ya podíamos llegar a la zona del Orhi (2ª baliza), desde aquí empiezan los vuelos más serios, carrera de unos 40 km para despertarnos y llegar a la baliza, no fui capaz de enlazar con los tres primeros y despegamos dos horas después de ellos para hacer un vuelo impresionante, pasando hacia Isaba, y desde ahí enlazando la autopista de montañas que nos llevaría hasta la baliza de Anayet, comienzo algo ventoso para terminar con unas condiciones perfectas en un vuelo de algo más de 5 horas donde pude adelantar un puesto y colocarme cuarto, y al pie de una buena zona para despegar al día siguiente.
Tercer día y la previsión es complicada, buenas condiciones térmicas pero los vientos no son favorables, despego desde Biescas y hay mucho viento de cara (E/SE) para rodear la zona prohibida de Ordesa en dirección a la baliza de Peña Montañesa. Una vez hecha esta baliza tocaba ir a la que era, al menos para mí, la baliza más difícil de la carrera (Ceciré), pues para llegar a esta baliza hay que pasar la cadena montañosa más alta del Pirineo, una barrera con muchos picos de más de 3200m de altura y con una restricción para la zona de 3800m de altura máxima para el vuelo, una pasada para la vista de roca y nieve, pero el viento, que en ese momento me hacía volar en algunos momentos a más de 70 km/h, no iba a facilitar las cosas…
El sotavento de esas montañas nos puso a prueba, fue uno de tantos momentos donde me alegré de haber elegido mi Niviuk Artik P para esta competición.
A partir de aquí la meteo se torció, poco que contar, cuatro días donde primero las lluvias y después la tramontana nos dejarían en tierra.
Tan solo pudimos hacer dos vuelos que nos sirvieron para enlazar Castejón de Sos con el Pont de Suert, esquivando algún desarrollo tormentoso a primeras horas del día y haciendo otro vuelo de tarde para aterrizar a las 20:30h a los pies del Cadí.
Penúltimo día y tenemos una tormenta sobre nosotros y los alrededores con buena meteo, se nos acerca el Jesse Williams volando, pero por suerte nuestra tormenta lo para antes de llegar a donde estábamos.
El último día tocó caminar otros 50 km, veíamos condiciones de viento fuerte no aptas para el vuelo, Jesse lo intentó, pero terminó lanzando el reserva y tardó un rato en sacarlo de los árboles, nosotros paramos por la tarde, ¡¡ya sabíamos que nadie nos podía quitar la cuarta plaza!!
¡Una experiencia brutal esta segunda X-Pyr donde esta vez sí, una lástima que tantos días de mal tiempo no nos dejaran llegar al Cap de Creus, esta carrera sigue teniendo una cuenta pendiente conmigo ¡así que mucho me temo que nos vemos en la Xpyr 2018!
*Más información sobre la X-Pyr en: http://www.x-pyr.com/