El paracaídas de emergencia o reserva es una parte fundamental de nuestro equipo de vuelo, una “segunda oportunidad” en caso de que las cosas se tuerzan allá arriba, y por ello debemos prestar especial atención tanto a su correcto mantenimiento, como al uso correcto del mismo.
A la vez es el “gran olvidado” del que existen un montón de leyendas urbanas, bulos y creencias basadas en conversaciones de bar…
¡Vamos a intentar dar un poco de luz al tema!
Para mí, y según mi experiencia de más de 15 años como instructor de cursos SIV y piloto de test, los problemas más graves relacionados con el paracaídas son 2:
– Instalación del paracaídas mal hecha. Podemos llevar el mejor del paracaídas del mundo, pero si lo instalamos o nos lo instalan mal, no sirve de nada. Este tema es el más grave y muchos pilotos confían su vida a un amigo o a una fiesta para airear/instalar su paracaídas, ¡que le tiene que salvar la vida…!
– Talla no adecuada. El Peso máximo homologado es el peso teórico en atmósfera estándar (15º a nivel de mar). Como eso no existe casi nunca, se aplica la fórmula de corrección masa/aire para conocer el peso real de homologación en el instante y lugar de homologación. Obviamente este peso siempre es inferior al peso homologado, por lo que los paracaídas se homologan con menos carga que la de la etiqueta.
Así pues, para curarnos en salud, mejor dejar un margen del 20-30%. Si vas al peso máximo de tu paracaídas, a no ser que vueles a nivel de mar con 15ºC como máximo, puedes estar seguro de que lo llevas por encima del límite de homologación. Es decir, para un PTV [peso total en vuelo] de 100Kg, es recomendable escoger un paracaídas de 120-130Kg. Aplicar esta fórmula para alturas de 1000m y 30ºC puede dar muchas sorpresas…
Los factores que normalmente se tienen en cuenta a la hora de escoger un paracaídas son varios y no exentos de sus propias confusiones:
¿Redondo, cuadrado, pentagonal, triangular, Rogallo?
Actualmente es la fiesta de la geometría. Tenemos todas las formas geométricas para escoger.
La forma del paracaídas nos marcará la eficiencia y la estabilidad, dos factores MUY importantes.
El GRAN problema de los paracaídas de parapente es que se usan conjuntamente con el parapente y este entorpece el funcionamiento del paracaídas, desestabilizándolo y provocando el temido efecto espejo. Esto no se contempla en la homologación.
–Redondos: Inventados en el siglo XIX, inicialmente fabricados con seda. En la II Guerra Mundial se inventa el paracaídas fabricado con nylon. Diseño primitivo poco eficiente, muy inestable y, en consecuencia, pesado y voluminoso. Es el que abre más lento, cae más rápido y tiene más tendencia al efecto espejo. Nada recomendable hoy en día.
–Cuadrado: es la evolución del redondo, mejorando eficiencia y estabilidad. Esto lo hace más ligero, compacto y con menos tendencia al espejo. Todos los paracaídas cuadrados tienen una ligera velocidad horizontal, que algún fabricante ha aprovechado para dotarlo de un sistema de dirección (Charly, Kortel).
–Pentagonales, octogonales, etc.: Intentan mejorar el comportamiento del paracaídas redondo, pero al final, se acercan a él… y a sus características.
–Triangulares: Mucho más eficientes, mucho más estables y, en consecuencia, muy ligeros y compactos. Existe una versión dirigible que NO se aprovecha de la velocidad horizontal inherente ya que carece de ella, es decir, el diseño triangular no tiene velocidad horizontal por diseño. Los paracaídas más evolucionados que existen. Sólo existe un fabricante: X-Dream Fly. X-Triangle es dirigible y X-Two no es dirigible.
–Rogallo: Es un caso aparte ya que en realidad es un ala, no un paracaídas, aunque se use como tal. Es el más eficiente, tiene la menor tasa de caída, es el más estable (menos tendencia al espejo) pero todo esto con una condición: que sea grande. Mínimo: 37m2, por debajo son peores que los demás paracaídas.
¿Grande o Pequeño?
Grande. Sin duda. Cuando más grande menos tasa de caída, menos tendencia al espejo y nos aseguramos estar dentro del rango de homologación.
Hay gente que cree y vendedores que aconsejan (esto es mucho peor) un paracaídas pequeño para que abra antes y para tener menos deriva y que sea fácil de anular…
El tamaño prácticamente no influye en la velocidad de apertura.
La deriva es la misma… depende de la velocidad del viento, no de la tasa de caída. Y por supuesto, ¡a mayor tasa de caída más números de hacernos daño!
Anular… tampoco depende de la superficie del paracaídas. Ninguno de ellos se anula fácilmente y depende de cómo esté unido a la silla y lo lejos que nos quede el suspentaje.
Velocidad de apertura
La velocidad de apertura de un paracaídas depende de varios factores:
- Velocidad relativa: No tiene nada que ver abrir un paracaídas durante un parachutaje (abre muy lento) que en una autorrotación (abre muy rápido, aunque dependiendo de cómo sea ésta hay muchos números para que se enganche al parapente).
- Intervalo de revisión: Si quieres que tu paracaídas abra rápido, airéalo, como mínimo, 1 vez al año.
- Diseño: Un paracaídas tipo Rogallo abre más rápido que cualquier otro diseño. El PDA (redondo) es el más lento en abrir.
- Plegado: Influye en el tiempo de apertura y NUNCA se debe usar un plegado distinto al que el fabricante publica en su manual. Este es el plegado que ha pasado la homologación. Si variamos el plegado tendremos un paracaídas no homologado.
- Talla: Este es el factor que menos influye en la velocidad de apertura y curiosamente al que las leyendas urbanas le atribuyen más importancia. En todo caso, un paracaídas pequeño abre ligeramente más rápido que otro más grande porque hay menos tejido, no porque vaya más cargado… eso sí, llevar un paracaídas pequeño te asegura una tasa de caída alta y más tendencia al espejo.
El parapente y el paracaídas
Pues… no se llevan muy bien. De hecho, se llevan fatal.
Lo mejor que podemos hacer es tirarlo. Literalmente. QuickOuts o cuchillo de seguridad. O aprender a anularlo, en los casos en que es posible, que no son todos.
Los paracaídas se homologan SIN parapente, por lo que “ni se sabe” como funcionan unidos a un parapente. Si quieres las prestaciones de homologación, ya sabes: tíralo a nivel de mar a 15ºC y deshazte del parapente.
¡Ah! Y anular el parapente es más importante cuanto menos estable es el paracaídas, es decir es muy importante en un redondo, menos importante en un Rogallo o triangular.
¿Cómo se usa?
Como todo, hay una manera de utilizarlo y esto se debe aprender. La mejor recomendación es realizar un curso de seguridad, dónde aprenderás a no tener que usar tu paracaídas y, en caso de necesitarlo, a usarlo bien: Cuándo y cómo tirarlo, como anular la vela, etc… Todo esto encima del agua, en un entorno seguro.
Las tirolinas no sirven para aprender a utilizar el paracaídas. Por ejemplo, no se puede practicar lo más importante: anular el parapente. Además, pueden dañar el paracaídas en el caso de un dirigible o cuadrado.
¿Se puede mojar un paracaídas?
Sí, se puede mojar.
Recientemente un artículo con fines comerciales del fabricante Nova, daba a entender que un paracaídas no se puede mojar nunca ya que esto inutilizaba al paracaídas. Esto era para promocionar que recientemente empezaron a fabricar sus paracaídas con tejido hidrófugo. Para ello, daba unos argumentos de dudosa credibilidad y con un tono muy alarmista y alejado de la realidad.
Es verdad que un tejido “normal” no hidrófugo que absorba humedad se deteriora con la humedad y obviamente al mojarse. Ahora bien, aún con este tejido, un paracaídas se puede mojar sin ningún tipo de problemas muchas veces durante su vida sin que se vean afectadas sensiblemente sus prestaciones. Mojar un paracaídas con agua dulce (en el mar es otra historia muy diferente) en un curso de seguridad implica unos minutos de agua que se secan rápidamente. Se puede hacer un curso por año durante la vida del paracaídas sin afectar su normal funcionamiento.
Lo que sí es peligroso es no aprender a utilizar el paracaídas practicando encima del agua.
– J. M.
Si el alarmismo de Nova fuera real ya no quedaría vivo ningún piloto de acrobacia, puesto que en las competiciones suelen mojar el paracaídas varias veces. Centenares de veces en la vida útil del paracaídas…
Hasta hace muy poco no existían materiales 100% hidrófugos y nadie los utilizaba, Nova tampoco, obviamente, pero marcas como X-Dream Fly y Airdesign Gliders están utilizando materiales hidrófugos desde su aparición, mucho antes que Nova, por cierto.
El tejido hidrófugo se utiliza básicamente para evitar los problemas de envejecimiento provocados por la humedad y temperatura, que es lo que más daña a nuestros queridos paracaídas y parapentes.
Test de Reservas – Homologación
Para homologar un paracaídas según la norma EN hay 2 grupos de pruebas: Test de carga y test de vuelo. Ambas se repiten dos veces y, en el caso de la prueba de carga, se realiza obligatoriamente con el mismo paracaídas.
El test de carga se acepta a 40 m/s (115 Km/h) o 60 m/s (176 Km/h), especificado en la etiqueta de homologación.
El test de vuelo sirve para comprobar la estabilidad pendular y la tasa de caída. Se suele realizar con dos paracaídas distintos por una cuestión práctica: la prueba suele hacerla un piloto de test que aterriza en el agua, y secar el paracaídas lleva tiempo (unos 2 días). Simple. A diferencia de lo que decía Nova, no es por un tema de degradación sino por un tema de secado.
Como ya hemos dicho, la carga máxima se ajusta a las condiciones del momento, siendo el peso real siempre inferior al de homologación. Además, todos los tests se realizan sin parapente, con lo que la tasa de caída es la más óptima.
Un aviso de la norma EN: Utilizar un contenedor distinto del original puede ocasionar diferentes resultados e incluso fallos. Esto empieza a ser un problema ya que los fabricantes de arneses han empezado a unir asa y contenedor de paracaídas, lo que obliga a tener que cambiar el contenedor original. Es una lástima en marcas como X-Dream Fly que han realizado un gran trabajo mejorando el contenedor clásico y que se tiene que sustituir por los que vienen unidos al asa, todos peores que el original.
Factores importantes para escoger un paracaídas
A modo de conclusión, esto es lo que debes mirar a la hora de escoger tu nuevo paracaídas:
– Talla: Calcular que peso máximo sea un 20-30% superior del PTV (Peso Total en Vuelo).
– ¿Dirigible?: Imprescindible para evitar un aterrizaje peligroso, como líneas, carreteras, casas, etc. Totalmente recomendable. Hay 2 opciones: X-Dream Fly X-Triangle o paracaídas tipo Rogallo, como el X-Curve.
– Homologación: Aunque parezca mentira, por desgracia, no todos están homologados. Mejor uno homologado. Y por la norma EN, pues la LTF tiene como tasa de caída máxima permitida 6,8 m/s, lo cual es una barbaridad.
– Contenedor: Mejor con compartimiento para cordinos para evitar corbatas y degradación de los materiales.
– Materiales de construcción. Cada vez hay mejores materiales. Actualmente los mejores materiales son ligeros, longevos e hidrófugos. Esto hace que fabricantes como X-Dream Fly alarguen la vida útil de sus paracaídas hasta los 15 años.
– Peso y volumen: Mejor cuanto más ligero y compacto. Si no nos importa el peso y volumen, escoge una talla más grande y tendrás un paracaídas con muy buenas prestaciones.
– MANTENIMIENTO: Si quieres que tu paracaídas funcione y abra rápido, llévalo a revisar a un profesional 1 vez al año.
Y recuerda: Que un profesional te instale CORRECTAMENTE tu paracaídas, de lo contrario, todo lo anterior no sirve de nada.
Totalmente desaconsejado revisar tu paracaídas en fiestas de plegados multitudinarios…
+Info: www.entrenuvols.com