Mientras me acercaba hacia el despegue de parapente en el coche las nubes iban aumentando, el cielo se ponía oscuro y la nubosidad del 100% extendía una gran sombra sobre el suelo. Hacía frío,mucho frío, y había una profunda capa de nieve bajo los pies

Cubierto de nubes
Nubes de lluvia

en la caminata hasta el despegue. El viento era suave con esporádicas rachas soplando de atrás. Básicamente, las condiciones parecían una basura. Pocas posibilidades de cualquier cosa aparte de un descenso directo hacia abajo. Muy probablemente, ese descenso no sólo no ofrecería ningún placer, sino que además luego tendría toda la molestia de ir a buscar el coche arriba otra vez.

Los otros pilotos en el despegue ni se molestaron. ¿Cuál es el punto? Hace frío y es una pérdida de tiempo.

Sin embargo, yo tengo una actitud diferente dentro de mí.

Si está volable ¡entonces vuela! Nunca se sabe qué esperar y a veces te sorprendes. Si no despegas puedes estar seguro de lo que sucederá.

Pero una vez que despegas nunca puedes estar 100% seguro de lo que puede pasar.

Despegué con una suave brisa de frente y el vario hizo ese horrible zumbido profundo mientras me hundía en el cielo oscuro y cubierto. Cero posibilidad de térmicas.

Vuela
Volando parapente un día de nubes

Tomé una desviación a la derecha donde el viento estaba un poco más orientado hacia la ladera, y sentí unos pocos pitidos. Una térmica muy de sorpresa, y según giraba dentro de ella la ascendencia se volvía más sólida de modo que en sólo 10 vueltas estaba arriba en la oscura y amenazante base de la nube, y las nubes estaban chupando. De aire muerto pasamos a tener ascendencias por todos lados. Me dirigí hacia adelante y encontré el barlovento de la nube donde continué ascendiendo por ese lado hacia la luz del sol.

Fui transportado a una especie de paisaje de cuento de hadas con nieve por debajo, agujeros de cielo azul y el sol jugando con las nubes blancas y grises a todo mi alrededor.

Era como estar en el paraíso, y se sentía mucho más especial porque era una sorpresa total. Nadie se hubiera esperado esto, y yo estaba cosechando los frutos de aprovechar la oportunidad y volar.

Si crees que lo sabes todo, estás cerrando tu mente a lo desconocido. Esto lo he visto una y otra vez. Es lo que me disgusta acerca del tipo de mangas que se realizan ahora en las competiciones.

Volar en parapente
Volando en parapente

Las mangas siempre son fácilmente alcanzables y bajo el control de la organización. Hoy en día no se pone ninguna manga que sea imposible. Cada manga tiene que conseguirse a través de rutas conocidas y utilizando las técnicas estándar. Parte de esta filosofía viene del esfuerzo por buscar cada vez mayor seguridad y por otra, del problema de la responsabilidad de los organizadores de la competición. Hay razones detrás de esta tendencia en la competición, pero mantener una mente abierta en tu propio vuelo es una filosofía clave que forma parte de la verdadera belleza del vuelo libre, tanto de alas delta como parapentes.

Abre tu mente a lo imposible, y puede que te sorprendas agradablemente.

Un frío y ventoso día en Wether Fell, en el norte de Inglaterra, la Liga Británica de Ala Delta puso una manga de cross country claramente imposible. La base de la nube estaba a 100m sobre la cima de la montaña y el viento era fuerte. Era visiblemente imposible irse de cross, pero resultaba fácil hacer ladera justo encima del risco para quedarse ahí pinchado. Esto era ala delta pero lo mismo hubiera pasado si hubiera sido una competición de parapente. Después de todo el día de vuelo nadie había subido más de 100m sobre el despegue. Durante el día se había autorizado el top-landing, para tomar un descanso y un sándwich, y despegar otra vez. Sin embargo, después de las 18h era el último despegue y las reglas de la prueba especificaban que la hora límite para aterrizar era al ponerse el sol a las 21h. Todos los que todavía tenían alguna esperanza continuaron y despegaron a las 18h. Todos colgábamos allí en el viento justo debajo de la nube cuando comenzó a atardecer. Poco antes de las 19h el viento bajó un poco y se abrió un pequeño claro en la capa de nubes justo frente a la ladera. Algunos pilotos empezaron a jugar con el agujero en la nube y una suave ascendencia comenzó a llevar a los pilotos suavemente hacia arriba a través de la capa de nubes. Más y más pilotos se aventuraron a explorar y pronto todo el personal estaba subiendo en una suave ascendencia de onda y unas lenticulares comenzaron a formarse por encima de la capa baja de nubes.

Siempre, los vuelos más increíbles son aquellos en los que logras algo que pensabas que era imposible.

Subimos hasta 1500m y empezamos a saltar de nube de onda a línea de onda viento en cola y las aberturas de la onda comenzaron a abrirse más también. Se subía suavemente por todas partes y, mientras se ponía el sol, lo único que limitaba la distancia que podíamos volar era la cantidad de luz de día que quedaba.

Muchos pilotos hicieron los 50km viento en cola hasta el gol y muchos fueron descalificados también por no aterrizar antes de la puesta de sol. ¡Algunos aterrizaron bien entrada la noche!

Este permanece como uno de los vuelos más increíbles de mi vida. Pero siempre los vuelos más increíbles son aquellos en los que logras algo que pensabas que era imposible. Si esto hubiera sido una competición en 2013, nadie hubiera abierto siquiera sus alas. Creo que eso es muy triste.

Si crees que lo sabes todo o ni siquiera lo intentas, entonces estas cosas que son las más increíbles nunca sucederán. Abre tu mente a lo imposible, y puede que te sorprendas agradablemente.

Bruce Goldsmith
http://www.flybgd.com/

 

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Bruce Goldsmith es diseñador de parapentes y equipos desde 1991, además de avezado piloto de competición y autor de libros de vuelo. Entre sus logros está haber producido parapentes populares y exitosos, incluyendo dos ganadores de campeonatos mundiales - uno pilotado por él mismo. Tiene su propia marca de parapentes, BGD (“Bruce Goldsmith Design”).