Abro esta columna especial para Ojovolador, “El Tercer Ojo”, con una breve introducción al yoga y dos posturas muy sencillas pero que nos pueden ayudar mucho en caso de dolor de espalda u hombros al volar.
Yoga es una técnica milenaria que nos ayuda a mantener un buen estado de salud: física, mental y emocional. Yoga significa unión, entre nuestros cuerpos y mentes, con nuestra comunidad voladora y con nuestro planeta.
Nuestros deportes aéreos no requieren que desarrollemos equilibrio físico ni flexibilidad, que obviamente se adquieren a través de la práctica de yoga, pero algo fundamental que todos debemos tener es concentración. La concentración es una herramienta clave tanto en el aire como en la tierra. Podemos estar de acuerdo en que un piloto enfocado es un piloto seguro. ¿Cierto?
Sin embargo, ¡qué difícil resulta concentrarse cuando sufrimos de un dolor físico intenso! Ese dolor de espalda o de hombros que se agudiza cuando empacas tu ala, o al girar una térmica. Ese dolor que no te deja en paz, te tiene frustrado y te hace aterrizar de inmediato o te deja en casa durante un día en que tus amigos están teniendo un vuelazo.
No te desesperes, poco a poco irás curando tus dolencias si le permites a tu mente, a tu respiración y a tu cuerpo unirse en armonía, y para eso está yoga.
Para empezar, te recomiendo respires de forma abdominal, pausada y profunda.
Inhalas por la nariz inflando el estómago y exhalas por la nariz desinflando. Esta manera de respirar, moviendo el abdomen, activa la parte baja de tus pulmones y todo tu banco de energía. El ritmo de esta respiración profunda y pausada es muy importante durante las posturas de yoga. Te ayudará inmensamente a concentrarte y a relajarte.
Las posturas que te voy a mostrar las puedes hacer cada mañana, en la noche, antes o después de volar. Seguro las hacías naturalmente cuando eras niño. Precisamente, las posturas con las que vamos a empezar hoy son: La Postura del Niño y la Postura del Perro.
POSTURA DEL NIÑO
Arrodíllate. Abre ligeramente tus rodillas hasta que te sientas cómodo. Inclina el pecho hacia adelante y lo más cerca posible de la esterilla. Baja tu coxis lo más que puedas hacia tus talones. Estira los brazos lentamente. Siente tus hombros lejos de las orejas. Cierra tus ojos. Toma diez respiraciones profundas y pausadas.
Variación para la cabeza: Si no alcanzas a llegar hasta la esterilla con tu frente, ¡no hay problema! Utiliza tus antebrazos o puedes usar una manta doblada para apoyar y relajar la cabeza.
Variación para darle más relajación a tus hombros: Estira los brazos hasta donde alcances. Trae un brazo debajo del otro. Tu cabeza gira hacia ese mismo lado. Cierra los ojos y respira profundamente diez veces. Cambia de lado lentamente y respira diez veces nuevamente.
Beneficios: Esta postura hace que tus hombros se conserven fuertes y flexibles. También alivia el dolor y las molestias en la zona lumbar y el cuello. Muy buena postura para relajarse y recuperarse. Excelente oportunidad para conectarte con tu niño interior.
POSTURA DEL PERRO:
Apoya las manos en la colchoneta, sube las caderas y baja el pecho. Siente tu cabeza en medio de tus antebrazos. Trata de poner los talones en el suelo lo que más puedas. Estira cada dedo. Respira despacio y profundo cinco veces. Siente el peso de tu cuerpo distribuido entre tus piernas, brazos y tus músculos abdominales.
Variación: Utiliza tus codos para apoyarte.
Beneficios: La postura del Perro te ayuda a estirar tu espalda y relaja tus hombros. Te da mucha tranquilidad emocional y te ayuda a concentrarte.
TIPS:
– Si eres un poco tímido para hacer estas posturas, puedes aprovechar para hacerlas cuando sacas el aire de tu parapente al empacarlo o al recoger las costillas de tu ala delta.
– Al levantar o cargar tu vela, alterna tus hombros. Recuerda doblar las rodillas para tener mejor apoyo.
– Mantén una buena postura. Espalda derecha, hombros hacia atrás y ¡cara feliz!
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Por Sofía Puerta Webber
Fotos: Ricardo Puerta